Los recuerdos que no tienen nombre se adaptan a las diferentes situaciones y nos sirven de ejemplo para todos. Ejemplo de por qué hay que ponerles nombre. Gracias, gracias, gracias interminables!
Bailo cansado
Me río Dormido
Soy una esfera negra con corazón blanco. Hay infinidad de grises que cambian de tonalidad entre ambos extremos.
Soy un niño escondido en una forma de adulto dentro del cuerpo de un niñato en procesos de envejecer.
Soy un idealista y un soñador al que le encanta hablar de lo que es razonable.
Soy una contradicción entre intención y deseo.
Soy agua salada en el asfalto
Soy una foto de moda envejecida con café
Palabras profundas en frases simples
Metáforas demasiado rápidas para ser inmortales
Valor literario con temor a estar solo con mis letras
Soy un solitario al que le encanta ser observado
Mis heroes son villanos
La gente acomodada me crea una envidia revolucionaria
Os observo y os estudio
Soy pretencioso
Un intento de victima
Un vanidoso de la psique
Sarcástico
Prepotente
Patético
No soy especial
Soy como muchos otros
Abono
Hecho con mierda
Con el que
Crece
La hierba
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn plan vital muy sano.
ResponderEliminarLos recuerdos que no tienen nombre... Nunca lo había pensado.
Un abrazo
que mal rollo me da
ResponderEliminarLos recuerdos que no tienen nombre se adaptan a las diferentes situaciones y nos sirven de ejemplo para todos. Ejemplo de por qué hay que ponerles nombre. Gracias, gracias, gracias interminables!
ResponderEliminaren vez de nombres
ResponderEliminartienen imagenes mentales
sombras dementes
fantasmales
irreales