Las sombras ondulantes del agua conferían a su cuerpo el aspecto de una serpiente tropical. Los peces se arremolinaban entre sus cabellos como anemonas y hacían caricias a la piel hinchada. Una perla de un plata mercurio se deslizó de su boca y se perdió en la superficie.
la muerte de Ophelia de Millais me ha venido a la cabeza... con tu micro-cuento
ResponderEliminaren el agua los cadaveres se conservan fenomenal, ja
escalofríos...
Sabes que ahora van a prohibir ese tipo de termómetros?
ResponderEliminarOu! Oceánico
ResponderEliminar;)